Vida del señor Molière (Le roman de monsieur
Molière)
Mikhaïl
Boulgakov
Folio
ISBN
978-2-07-038595-9
284 pp.
Imaginen que tienen
el lujo de escribir una biografía de su héroe favorito ¿de quién sería?
Ahora, piensen que lo pueden escribir bajo la pluma de cualquier escritor ¿a
quién elegirían? Bajo esta premisa, pensar en una biografía de Jean-Baptiste
Poquelin (alias Molière) escrita por uno de los grandes de la literatura,
Mikhaïl Boulgakov, no puede más que ocasionar que se haga agua el cerebro. En
todo caso, a mí no me hizo falta más para motivarme a leer este libro.
Aunque quizás no fue
el hecho de conocer la vida de Molière que me atrajo más, sino pensar en
Boulgakov contándomela en forma de novela. Pues para quien no lo sepa Boulgakov
es el autor de uno de mis libros favoritos de todos los tiempos El maestro y Margarita, y para quienes
lo hayan leído, saben que Boulgakov tiene una narrativa maravillosa que te
atrapa desde el primer momento haciéndote viajar por mundos maravillosos. Así
te encuentras desde las primeras páginas a un narrador, que yo más bien consideraría
fan, contándote la vida de uno de los grandes del teatro de una forma cómica,
teatral y apasionada. Pues al final yo también me sentí fan de Molière, aunque nunca
haya leído algo de él, pero con la certeza de que lo haré.
Bueno, creo que hasta
ahora solo me he declarado del club fan de Boulgakov, pero ¿qué hay de Molière?
Molière o Jean-Baptiste Poquelin nació en el seno de una familia de tapiceros del
rey en el año 1622. En aquéllos tiempos eso lo convertía en heredero del
negocio familiar y por lo tanto su futuro estaba arreglado. Pero nuestro
querido Jean-Baptiste decidió que él quería algo más, que sería alguien más, y decide continuar sus estudios. Jean-Baptiste
siempre presentó un amor por el teatro, gracias a su abuelo materno, así que en
su primera oportunidad se une a una tropa de teatro para el horror de su padre.
Molière conoció la desgracia de los artistas sin fama durante mucho tiempo, en
un principio pues siempre intentaba hacer teatro dramático (principalmente
Corneille) y después porque le costó adaptarse a las demandas del teatro cómico.
Poco a poco alcanzó el éxito, para convertirse en el gran autor que nosotros
conocemos ahora, en una parte por su talento y en otra por los favores del rey
Luis XIV quien nombra su compañía, compañía del rey. Claro que yo cuento en
forma resumida la vida de Molière, pero los incito fuertemente a buscar más
sobre él, ya sea con Boulgakov o simplemente Wikipedia. Siempre he pensado que
un buen autor, antes que nada tiene que haber vivido, eso lo comprobamos con Molière y con Boulgakov
que también tuvo una vida de novela.
Normalmente los b(v)logs
intentan no dar spoilers del libro, pero en el caso de una biografía creo que
no tiene sentido. Con esa justificación me permito contarles el final. Molière sufría
de hipocondría, aborrecía a los médicos (que en esa época no eran la octava
maravilla) y temía a la muerte. En sus últimos días, cuando la enfermedad lo
achacaba más, escribió El enfermo
imaginario dónde denunciaba principalmente el trato de los médicos hacia
los pacientes. Como todas la obras de Molière esto causó indignación y revueltos
en la sociedad parisina, principalmente en el gremio de médicos. Así que al
final de su enfermedad, aquélla que lo llevó a la tumba en 1673, se negaron a
asistirlo dejándolo morir. Peor aún, la iglesia se negaba a enterrarlo bajo el
rito cristiano pues la carrera de comediante era mal vista por ella. Hasta que
el rey interfirió por él y fue enterrado en la fosa de los niños muertos antes
de ser bautizados y los suicidados, los “apestados” por así decirlo. Durante la
revolución francesa, comisarios buscaron el cuerpo de Molière para depositarlo
en un mausoleo adecuado sin jamás saber si el cuerpo que se llevaron era el
correcto. Aquí me despido con el final escrito por Boulgakov.
Le voilà! Il est là, le comédien royal, avec des nœuds de ruban de bronze à ses souliers ! Et moi, qui n’ai jamais eu l’occasion de le voir, je le salue et lui dis adieu.
¡Adiós Sr. Molière, adiós
Sr. Boulgakov!
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