Siddharta
Herman Hesse
Livre de
Poche
ISBN 978-2-253-00848-4
160 pp
A principios del año leí Demian, del mismo autor. En ese momento
mencioné que no estaba muy entusiasmada con esa historia, quizás por mi edad o
por mi forma de ser. Pero es tanta la gente que idolatra ese libro, además de
que es bien conocido que Herman Hesse es un grande de la literatura, que me
dije no me puedo quedar con esa imagen de él. Entonces decidí aproximarme de nuevo a este
autor. Para esto elegí Siddartha.
En realidad es difícil
decir en pocas palabras de lo que trata. Con el nombre, la portada y la descripción,
pensé que se trataba de la vida de Bouddha. Pero no fue así, no completamente. Siddharta
es hijo de un brahmán y por lo tanto crece bajo la enseñanza hinduista. Pero un
día ésta enseñanza ya no le es suficiente, lo que lo obliga a buscar más allá
de lo que conoce y lo que es. Es así que emprende un viaje de autoconocimiento
y descubrimiento de su entorno para lograr la paz del alma.
Siddharta es una alegoría
a la vida del ser humano, en un proceso maravilloso de crecimiento. Pues con el
personaje te das cuenta que la vida está en constante evolución; que existen
encuentros que te cambiarán por completo, que tus ideas serán diferentes con la
edad y un día todo tendrá sentido. Con Siddharta
entendí muchas cosas de mi familia y de mí; sobre la relación padre – hijo,
sobre el amor y sobre lo que es esencial en las diferentes etapas de nuestra vida.
En este viaje Siddharta descubre que lo único que importa es el amor, el amor a las cosas y a los
momentos vividos, buenos o malos. Herman Hesse sostiene que la “perfección”
del ser humano se basa en este amor y no así en el respeto de los dogmas
impuestos, por la sociedad o la religión. Porque después de todo un dogma es
solo una palabra.
En general el libro me recordó
a los cuentos de Voltaire, solo que a diferencia de Hesse, Voltaire anda en la búsqueda
de la perfección político/social y no espiritual, como en la princesa de Babilonia. Así que como pueden imaginarse, Herman
Hesse conquisto mi corazón llegando directo a mi razón.
Lo único malo de este tipo
de libros es que hay tantas cosas que quisieras aprender para nunca más
olvidar, pero no se puede, al menos yo.
Nos seguimos leyendo
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