Capítulo 2. Febrero
A veces, el tiempo no alcanza para todo lo que planeamos hacer. La familia, el hogar y, sobre todo, el trabajo ocupan la mayor parte de nuestro día. Pero como quiero ser firme en mi propósito de regresar a este espacio y, más que nada, celebrar a Jane Austen, aquí estoy, sentada detrás de mi computadora, para poneros al día.
Febrero, como lo imaginaba, fue un mes fantástico. No tanto en lecturas, pero sí en cine y viajes. Este mes leí cinco libros, una novela gráfica, un libro infantil (con Irene) y escuché dos audiolibros. El tema principal de mis lecturas no fue tanto Jane Austen, que era mi objetivo, sino el Reino Unido en general y Londres en particular. Hubo excelentes relatos de Orwell (Une bonne tasse de thé) y Woolf (Londres). Jonathan Coe me gustó especialmente con Le Royaume Désuni, por su crónica del Reino Unido a través de diferentes generaciones de una familia. Hubo otras lecturas, claro, pero las más destacadas fueron esas. Para las demás… no nos da la vida.
Fui al cine a ver Bridget Jones: Folle de Lui y la adoré. Reconozco que soy fan de sus libros y, aunque durante mucho tiempo lo negué por snobismo, ahora lo grito a los cuatro vientos. El cuarto libro de la saga me hizo llorar como ningún otro (de una buena forma), así que iba con las expectativas muy altas. No salí decepcionada.
Fui en la mañana, sola, porque es más barato, y me encontré con otras mujeres como yo. La cuarentena, solas y felices de estar ahí. Cuando la película comenzó, yo ya tenía un nudo en la garganta y la lagrimita asomando, pero me resistía por vergüenza… hasta que escuché sollozos por toda la sala. En ese momento pensé: pues, ¿qué más da?, y también lloré durante toda la película. También reí, claro, es Bridget Jones, pero lloré. Lloré por la historia, por los recuerdos y, sobre todo, por Mr. Darcy.

Como pueden leer, fui muy feliz durante esas dos horas. La película está bien adaptada al libro (o a lo que recuerdo, porque lo leí en 2016) y tiene los guiños necesarios a las otras películas que la hacen perfecta.