Han pasado seis años desde mi último post. Muchas veces quise regresar, pero por una razón u otra nunca lo hice… hasta hoy. Como podrán imaginar, muchas cosas han cambiado en mi vida personal y literaria. Sin embargo, aquí hablaremos de libros, porque eso es lo que nos une.
En mi última entrada, de enero de 2019, hacía un recuento de mi año lector 2018. Al releerla, me doy cuenta de que aquel año, al que llamé "X en lecturas", fue en realidad uno de los mejores que he tenido. Libros como La Storia y Vie et Destin se convirtieron en algunos de mis favoritos de todos los tiempos. Además, en 2018 tomé la decisión de leer en equidad de género, ya que hasta ese momento solo leía a hombres. Este ha sido, sin duda, uno de los cambios más significativos en mi vida como lectora.
Desde 2019, leo principalmente a mujeres, sin necesidad de esforzarme para ello. Todo ocurrió de forma natural, gracias a Mr. J, quien comenzó a regalarme únicamente libros escritos por mujeres. También he encontrado gran satisfacción en la literatura infantil y juvenil. A pesar de tener 43 años, no he dejado de disfrutar estos géneros, y muchos de esos libros se han convertido en mis favoritos. Ahora leo más que antes, ya que no tengo pantallas en casa y mi actividad en internet es casi inexistente.
He descubierto nuevos géneros: biografías, no ficción, novelas policiacas... pero es la no ficción la que se ha llevado el primer lugar en mis preferencias. También he encontrado un tesoro maravilloso: ¡la biblioteca pública!
Sin embargo, hay cosas que no han cambiado. Sigo leyendo, en su mayoría, a autores ingleses, americanos y europeos. Aunque me acerqué brevemente a la literatura asiática y africana, no logré conectar del todo. Tampoco he podido adentrarme en la fantasía, el terror y la ciencia ficción, a pesar de los esfuerzos de Mr. J para convencerme. Y, lo más frustrante: he acumulado más libros que nunca, algo que había decidido evitar en 2019.
Sería difícil enumerar los libros que más he disfrutado en estos últimos seis años, quizás lo haga algún día. Por ahora, solo quería compartir los cambios en mi vida como lectora y retomar la escritura, una práctica que he perdido bastante. Quizás lo más inquietante es que también he cambiado mi forma de ver los libros… y el mundo.
En este momento estoy leyendo Où es-tu, monde admirable de Sally Rooney. Hay un fragmento en el que Eileen le escribe un correo a Alice, recordando cómo, de joven, solía escribir un diario que mantenía con constancia, hasta que poco a poco lo fue abandonando. Su reflexión me resonó profundamente:
"… il me semblait impossible d’imaginer que je puisse un jour ressentir à nouveau ce que j’avais ressenti pour la pluie ou les fleurs. Ce n’était pas que je ne parvenais pas à me laisser aller aux expériences sensorielles, seulement que je ne semblais plus les éprouver."
("... me parecía imposible imaginar que pudiera volver a sentir lo mismo que sentí por la lluvia o las flores. No es que no pudiera entregarme a las experiencias sensoriales, simplemente ya no parecía experimentarlas.")
Espero que no sea mi caso, y que pueda volver a experimentar miles de sensaciones al leer y escribir en este blog, que no es más que un eco de mis pensamientos.
Nos seguimos leyendo.
Imagen
Fritz von Uhde : Jeune fille à la fenêtre, 1890
https://fr.wikipedia.org/wiki/Femme_%C3%A0_la_fen%C3%AAtre_%28Friedrich%29