Leyendo a las hermanas Brontë

Hace más de un año leí Jane Eyre de Charlotte Brontë. Desde ese día comencé a decirle a Mr J que debería leerlo, pero nunca tuve esperanza de que lo hiciera.
A Mr J le costaba mucho leer libros escritos por mujeres. Durante un tiempo pensé que era por macho, pero ahora me doy cuenta que le gustan las historias con mucha acción, no al estilo Guerra de las Galaxias, sino más bien historias épicas llenas de personajes inolvidables… como Guerra y Paz o los Miserables. Así que pensar en historias interiores (física o mentalmente) no le llamaba mucho la atención, hasta que este año leyó a mi querida Jane Austen. Es cierto que no lloró y se enamoró como yo lo hice con Orgullo y Prejuicio, pero de alguna forma le cambió la vida. Pues finalmente se dijo que leer autoras no está nada mal. Y así de la nada tomó Jane Eyre y comenzó a leerlo.  Fue tanta mi alegría que yo comencé al mismo tiempo Cumbres Borrascosas de Emily Brontë para compartir ese momento con él. 

Yo no sabía de qué se trataba, simplemente lo compré porque amé tanto Jane Eyre que me dije “tengo que leer todo lo escrito por Charlotte y sus hermanas”. La verdad es que ha sido una gran sorpresa, aún no sé si buena o mala, porque Cumbres Borrascosas es muy diferente de Jane Eyre.
Jane Eyre es una historia de feminismo, si también de amor, pero sobretodo de la lucha de su personaje por seguir adelante a pesar de las adversidades… buscar un trabajo, tener un salario y por lo tanto independencia, ayudar y amar si es posible. Mientras que Cumbres Borrascosas es una historia abrumadora, triste y violenta. No sabes cual personaje es peor, es cierto que odias a uno más que a los otros, pero no hay empatía por ninguno. Esto hizo que cuando la primera edición salió a la venta fuera muy criticado. Ahora Cumbres Borrascosas es considerado como un gran clásico de la literatura.
Una vez que terminé el libro me quedé pensando mucho en él. Sí… me gustó, pero no me llenó tanto como Jane Eyre, los libros de Jane Austen o Middlemarch de George Elliot. Y no entiendo por qué. No es el lado oscuro que me molesta, pues me encantan los libros de Emile Zola y Michelle Houellebecq. Quizás es algo que me da pena admitir… al final me gustan las historias de mujeres buscando su independencia pero enamoradas. Para decirlo intentaré esconderme atrás de las faldas de Virgnia Woolf, pues después de todo lo que amamos de la literatura femenina es que son las mujeres que saben mejor describir su mundo (ver Una habitación propia). Pero estoy consciente que es justo ese lado negro lo que le da valor a este libro. Es un tema duro llevado magistralmente y por una mujer, en una época en la que las mujeres no escribían mucho y menos así.
Mientras dejo macerar las ideas y mi opinión sobre Cumbres Borrascosas, disfruto ver a Mr J ilusionarse y sufrir con la pobre Jane Eyre

Nos seguimos leyendo

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